martes, 31 de marzo de 2020

ESTUDIAR EN EL BACHILLERATO

En el bachillerato las exigencias en cuanto a tiempo de estudio y de materia a estudiar han aumentado considerablemente respecto a etapas anteriores.
En la sesión de tutoría trabajamos partiendo de la base de que las técnicas básicas de lectura comprensivas, subrayado, resumen, etc. ya se habían abordado en repetidas ocasiones a lo largo de la escolaridad.

domingo, 29 de marzo de 2020

¿QUIÉN QUIERO SER DURANTE EL COVID-19?

Navegando por internet hemos encontrado esta imágen que refleja las diferentes zonas en las que nos podemos situar en la situación que nos encontramos en la actualidad.
En situaciones difíciles podemos  crecer como personas o dejarnos vecer por el miedo. Y tú..¿cómo estas viviendo la presencia del COVID-19 en nuestras vidas?

TÉCNICAS DE MINDFULNESS EN FAMILIA

Técnicas de Estudio para trabajar en casa

EN ESTOS DÍAS TAN EXTRAÑOS

En estos días tan extraños que debemos estar en nuestras casas, algunas personas modifican sus jornadas laborales, o las ejecutan desde el propio domicilio, los hijos e hijas intentan continuar con las tareas escolares desde casa, etc., aparecen multitud de artículos con consejos sobre qué hacer con la prole, qué actividad hacer en cada momento, o cómo tener unas rutinas diarias. La pregunta que nos podríamos plantear es: ¿realmente es necesario ocupar todo nuestro tiempo con actividades académicas, de ocio, deberes, etc? ¿Podemos bajar el ritmo y aprovechar estos momentos como oportunidad? ¿Cómo se encuentran las familias ante esta situación cuando están preocupadas por la salud, el trabajo, el curso, etc.? ¿Están los padres y madres emocionalmente fuertes para todo lo que se supone que deben enfrentar?

Las familias como unidad básica social deben cumplir con unas determinadas funciones. Sallés y Ger (2011) destacan la necesidad de que los niños y niñas se críen y eduquen en un ambiente de aceptación, de respeto, con afecto y con estímulos suficientes, que permitan su desarrollo físico y mental. Refieren estas autoras que la labor de las familias, no sólo se centra en los hijos, sino que además los padres y madres deberán atender sus propias necesidades.

Otros muchos autores, han destacado funciones clasificadas de formas similares, pero independientemente de éstas, se podría resaltar que la familia tiene fundamentalmente una función educativa, entendida en sentido amplio, que incluiría  el cuidado y la protección, tanto con los hijos e hijas como entre los adultos. (Martínez y Becedóniz, 2009).

Por otra parte nos encontramos que aunque la situación sea anómala, los y las adolescentes siguen teniendo las carácterísticas propias de su edad. Según Herránz y Sánchez (2010), la adolescencia hoy en día es considerada como una etapa de desarrollo en la que están implicados grandes cambios: hormonales, físicos, sociales y psíquicos. Estos cambios se producen de manera rápida, y se traduce en situaciones de estrés que los chicos y chicas deben aprender a afrontar. Esto implica, demandas por parte de los y las adolescentes de independencia, autonomía, poder tomar decisiones, etc. que en una situación de confinamiento son difíciles de resolver.

Teniendo en cuenta estas definiciones sería conveniente reflexionar sobre cómo se encuentran las familias a nivel emocional, cuál es el nivel de estrés parental en esta situación para afrontar las demandas que se exigen tanto por parte de los hijos e hijas, como de otros estamentos (laboral, escolar, gubernamental, etc), teniendo en cuenta que mantener unos lazos afectivos fuertes, y apoyo entre los miembros de la familia favorece las relaciones paterno – filiales  (Pérez y Menéndez, 2014).

Paciencia y calma (relativa). Como padres y madres preferiríamos disimular nuestra preocupación por esta situación, pero será inevitable tener sentimientos encontrados. Podemos hablar con nuestros hijos e hijas siendo pequeños, y aún más siendo adolescentes, adaptándonos a su nivel de comprensión, explicar cómo nos sentimos, nuestros miedos, dudas, esperanzas, etc. Esta actitud abierta favorecerá la confianza en ellos y ellas, y facilitará la imitación, abriendo un espacio para que también puedan expresarnos como se sienten a nivel emocional.

Ana I. Rosado Sánchez
Profesora de Servicios a la Comunidad

BIBLIOGRAFÍA:
Herránz Ybarra, P., y Sánchez Queija, I. (2010). La adolescencia. Etapa de cambio y adaptación. En J. García Madruga, & J. Delval, Psicología del Desarrollo I. (págs. 327-344). Madrid: UNED.
Martínez González, R. A., y Becedóniz Vázquez, C. M. (28 de Mayo de 2009). Orientación Educativa para la vida familiar como medida de apoyo para el desempeño de la parentalidad positiva. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=179814021002> ISSN 1132-0559
Pérez Padilla, J., y Menéndez Álvarez-Dardet, S. (Enero - Febrero 2014). Un análisis tipológico de estrés parental en familias en riesgo psicosocial. Revista Salud Mental vol. 37 nº1, 27-34. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-33252014000100004
Sallés, C., y Ger, S. (2011). Las competencias parentales en la familia contemporánea: descripción, promoción y evaluación. Educación social 49. Revista de Intervención socioeducativa El trabajo socioeducativo con familias, 25-47. Recuperado de https://core.ac.uk/download/pdf/39107518.pdf


¿Qué podemos los padres y madres hacer teniendo como modelo la parentalidad positiva?

  • Evitar las críticas hacia su forma de ser. Evidentemente debemos mantener algunos límites y normas que son necesarios para la convivencia, pero explicando lo que hacen o no hacen correctamente, y no criticando su forma de ser (cambiar los “eres” por los “haces”, cambiar los “siempre” o “nunca” por “ahora” o “en algunas ocasiones”).
  • Usar lenguaje positivo, reforzando sus comportamientos adecuados, ahora más que nunca necesitan encontrar reconocimiento en sus contribuciones a familia.
  • Ser responsables con nuestras acciones y coherentes (quedarnos en casa, ayudar a personas, etc.). Eso modela que ellos también sean responsables.
  • Escuchar de forma activa, es decir, el interlocutor tiene que darse cuenta de que le están prestando atención.
  • Utilizar mensaje es primera persona: cómo me siento yo ante una situación, un comportamiento, o una actitud, evitando culpar a la persona a la que nos dirigimos.
  • Confiar en los hijos e hijas, es el mayor abrazo que podemos darles en estos momento; y mandar un mensaje de positividad y esperanza entre todas las personas podemos hacerlo bien.

Ana I. Rosado Sánchez
Profesora de Servicios a la Comunidad


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